Los fieles católicos están de fiesta en Tucumán y en todo el país, aunque especialmente en Santiago del Estero. De esa provincia es oriunda María Antonia de Paz y Figueroa, que el domingo se convertirá en la primera santa argentina.

El sábado por la noche, en la capital santiagueña, habrá una vigilia de fieles y luego una peregrinación hasta el pueblo donde nació la futura santa, conocida como Mama Antula. En la localidad de Silípica, ubicada a unos 40 kilómetros de la capital santiagueña, nació María Antonia en 1730. Y allí, en la capilla levantada en su honor, se proyectará en pantalla gigante la ceremonia de canonización que tendrá lugar el domingo a las 5.30 hora argentina (9.30 hora de Roma).

Luego de la ceremonia, a las 8, se oficiará una misa que será presidida por el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez y luego habrá una fiesta popular.

En Roma, la ceremonia de canonización estará a cargo del papa Francisco. Se prevé la asistencia del presidente argentino, Javier Milei, y del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora.

Reliquias

Claro que los fieles tucumanos que deseen rendir honor a la futura santa y venerarla pueden hacer en esta capital, en la parroquia de Nuestra Señor de las Gracias, ubicada en avenida Belgrano 2.827.

Esta parroquia atesora una reliquia: un pequeño hueso que formó parte del cuerpo de María Antonia Paz. El objeto sagrado fue donado hace aproximadamente siete años y proviene de Santiago del Estero. Fue entregada por el padre Jorge Ramírez un tiempo después de realizarse -en 2016- la ceremonia de beatificación.

El pequeño hueso ha sido expuesto junto a la imagen de Mama Antula para la veneración de los peregrinos que quieran acercarse a la parroquia.

Peregrina y misionera

Por otra parte, obispos del NOA, desde la prelatura de Cafayate, difundieron un mensaje de celebración por Mama Antula, a quien definen como peregrina y misionera.

“Esta disponibilidad de María Antonia a la voluntad de Dios, que se traduce en pasión misionera, fue alimentada por una oración sostenida que la llevaba a ver las dificultades como desafíos y oportunidades. Su testimonio nos cuestiona hoy. También nosotros vivimos un tiempo difícil. ¿Cómo enfrentamos el mismo? ¿Nos domina el desánimo, el “sálvese quien pueda”, el desinterés por los demás? O vemos una oportunidad para vivir con intensidad el estilo de vida de Jesús, que, alimentándose en la voluntad del Padre pasó haciendo el bien (Cf. Hch 10,38). En esta hora en la que la pobreza de tantos hermanos se expande y profundiza, ¿estamos dispuestos a hacernos realmente solidarios con quien nos necesita? ¿Nos apremia anunciar la alegría del Evangelio a todos? Mama Antula lo hizo valientemente”, destaca el documento emitido por los prelados norteños.

En otro párrafo destacan que Mama Antula es un modelo de mujer fuerte. “Su figura nos invita a reconocer y agradecer a tantas mujeres de nuestras diócesis, parroquias, ciudades y pueblos que testimonian su amor a Cristo y a su Evangelio en la catequesis, en las tareas de servicio en las Cáritas, en comedores comunitarios, en la atención parroquial, en iniciativas evangelizadoras, en sus familias, con sus esposos y sus hijos y que sostienen el tejido social de nuestra patria. En esta hora es bueno mirarnos en Mama Antula y en tantas mujeres que hoy siguen dando un sí generoso y, muchas veces, heroico a la vida. Su figura se agiganta invitándonos a desarrollar en cada uno de nosotros la imaginación de la caridad que no se achica ante las dificultades. ¡No nos quedemos de brazos cruzados! ¡El que más recibió tiene más responsabilidad! ¡No nos cansemos de hacer el bien!”, subrayan los obispos.